El jamón como experiencia, técnicas de marketing aplicado al jamón en restaurantes
A lo largo de todos estos años, siempre que entro en un restaurante, debido a mi deformación profesional, analizo todos los detalles que componen la experiencia como cliente. Mi experiencia como cliente no se va a crear solo en base a lo que allí coma o beba, que por supuesto es muy importante, pero además, hay una infinidad de detalles, que pueden influir en que mi experiencia se convierta en una vivencia diferente y única.
Esta introducción la hago, porque al margen de que analice muchos aspectos de un restaurante a nivel de marketing, podéis imaginar cual es mi producto más buscado, jejeje, mi querido jamón.
Analizo si lo tienen en carta y de qué manera, si está visible la pieza, qué aspecto tiene, quien es la persona que corta jamón y cómo lo hace, cómo se presenta, a qué temperatura se sirve, cómo viene emplatado, si me explican algo sobre el producto o no…todos estos aspectos forman parte del marketing aplicado al jamón. En términos de marketing estaríamos hablando del packaging y la comunicación de ese producto.
En muy pocos sitios he visto que apliquen esas técnicas para acercarme el jamón desde otro punto de vista y que no sea un mero consumo, sino, una experiencia más completa y atractiva. Además hay que tener en cuenta que estos aspectos son fundamentales a la hora de vender más o menos producto. Siempre he dicho que si entras en un restaurante y hay una buena pata de jamón perfectamente cortada y además ves una persona loncheando raciones apetecibles, pides una ración seguro, es un gran reclamo.
Aún viviendo en la cuna del jamón ibérico y consumiendo mucho jamón, en España, tenemos poca cultura de este producto. Mi última mala experiencia fue en Extremadura, cosa que me tocó mucho la fibra. Entré en un restaurante y tenía claro que iba a pedir jamón, estar en Extremadura en zona jamonera y no pedirlo, debería ser delito… 😉
El jamón estaba muy visible, en una mesa en el centro pero sin molestar, cosa que me pareció fenomenal, eso sí, el corte muy mejorable, te echaba un poco para atrás pero aún así, decidí pedirlo. La presentación no estaba mal en plato, pero rápidamente vi un error que iba a hacer que mis lonchas tuvieran un sabor extra a rancio… las lonchas presentaban un pequeño filo marrón-amarillento al final del tocino… el jamón no se estaba limpiando adecuadamente a la vez que se iba cortando, estaban dejando tanto corteza como grasa amarillenta sobrante…error.
Por otro lado, pregunté por el tipo de jamón que me iba a comer y la explicación fue bastante parca, básicamente me dijo que era jamón ibérico de la zona… nada más…¿eso es todo lo que el jamón representa?…¿cuál era el origen? ¿Qué tipo de jamón era? ¿cómo se había criado el cerdo? ¿la curación? ¿la parte que me estaba comiendo?…se cargó toda la historia del producto de un plumazo. No me digáis que no hay cosas interesantes que contar sobre el jamón ibérico…
Hay una parte clara de falta de formación, y realmente en pocos restaurantes se ven cortadores profesionales exclusivamente cortando. Tal vez esta figura se justificaría si el restaurante tuviera un mínimo de rotación de una pieza por servicio. Pero hay términos intermedios como formar al personal del propio restaurante, tanto en corte como en producto. De esa forma, a la vez que corta la ración o la sirve, puede trasladar a los comensales, todo lo que sabe sobre ese manjar que va a degustar. Ese primer contacto puede hacer que tus clientes empiecen a disfrutar del jamón, antes de catarlo.
A modo resumen os dejo 5 puntos básicos, de los que he hablado a lo largo de este post y que es importante que tengas en cuenta si ofreces jamón ibérico en tu restaurante:
1. Que el jamón esté visible: En ocasiones suelen tenerlo en cocina o almacén, si yo lo veo en la sala es más probable que lo pida que si no. La opción carrito de corte es muy interesante también, ya que puedes realizar el corte en directo para tus clientes. El corte del jamón de forma profesional es un arte y un espectáculo para los sentidos.
2. Que el jamón tenga buena presencia: Tiene que mostrarse apetecible, corte recto, bien limpio y perfilado, zona de corte impoluta…
3. Disponer de personal formado en el corte y en el producto: Si además de ver la pieza, ves a una persona que corta las raciones en el momento, nuestras ganas de pedir una ración aumentarán notablemente. Forma a tu equipo.
4. Presentación en plato: Un plato con sus lonchas finitas bien colocadas, es otro de los mejores reclamos del jamón. Y por supuesto servido a temperatura ambiente. En algunos restaurantes tienen el jamón ibérico en cámaras o en sitios con temperaturas bajas. El jamón se tiene que atemperar ya que si no las características organolépticas del producto se ven disminuidas. Por otro lado, si la pieza está expuesta a temperaturas elevadas, la grasa del jamón puede oxidarse y puede aporta sabores y texturas que no son agradables.
5. Acercar el producto: Explícale a tu cliente la historia del jamón que se va a comer. Hazle partícipe de la maravilla de recorrido y trabajo que lleva por detrás el producto que va a degustar. En general nos gusta saber sobre lo que comemos y además hace que lo apreciemos más.
Teniendo en cuenta en el momento en el que vivimos y cómo es el cliente gastronómico actual, me gustaría añadir una más:
Usa tus redes sociales para difundirlo: Haz fotos, compártelas en tus perfiles sociales, puedes incluso crear un hashtag y ponerlo de manera visible para que tus clientes interactúen contigo y den visibilidad a tu producto y a tu restaurante.
Espero que os sirva Jamón Lovers este post sobre el marketing del jamón, nos vemos en el siguiente post.
Totalmente de acuerdo contigo Miriam, en España tenemos la fortuna de contar con uno de los mejores productos gastronómicos a nivel mundial y desafortunadamente no le sacamos todo el partido que tiene. A los que estamos metidos en este mundo nos duele ver, como dices, un restaurante en el que no se trata como se debería a un producto gourmet como este. Espero que gracias al trabajo de fabricantes, cortadores, cocineros, empresarios y #jamonlovers como tú, que con blogs como este acercas la cultura cultura del jamón a la gente, poco a poco consigamos poner al jamón en el lugar que se merece.
Gracias Roberto por tu comentario. Efectivamente todos tenemos que aportar nuestro granito de arena, poco a poco lo conseguiremos compañero 😉 #muchoporhacer Un abrazo grande JamónLovers!
Hola a todos, actualmente me estoy sumergiendo el el mundo del Jamón y la verdad es que es algo que alucino…! Actualmente estoy trabajando en una Compañía con mucha tradición gastronómica, donde el jamón a pesar de no dejar muchos beneficios económico genera un impacto al turista muy fuerte. Aun así la importancia de la capacitación en la técnica de cortado y presentación esta muy pobre, la demanda y el alto volumen de clientes diarios crea una condición que solo permite cortar, emplatar y pasarlo a la mesa.
El Jamón como tu bien dices, necesita mucho más!! vamos que es un Jamón 100% bellota, con 4 años de curación, con una temperatura perfecta y te lo podemos cortar frente a tus ojos!!….
Siento que el valor del Jamón no solo esta puesto dentro de lo que es la materia prima, tiene un valor intangible que solo depende de la persona a cargo de darle ese valor agregado que tanto hablamos.
Muchas gracias por tu comentario Mauricio. Partiendo de la base de que el producto sea excelente, hay que ponerlo en valor. Como bien dices hay muchas maneras de hacerlo. Si no conseguimos rodear al producto de todo el valor que pierde el consumidor final no lo percibe de igual manera. Como siempre digo #muchoporhacer 😉 ¡Un abrazo fuerte!