La dehesa un ecosistema único, naturaleza y mucho más
Cuando hablamos de la dehesa nos imaginamos al cerdo ibérico campando en libertad por ella, entre sus encinas… Cuando paseas por ella puedes ver su inmensidad y todo aquello que lo convierte en un ecosistema único.
Hoy hablaremos con Javier Bolaños, Director de Agropecuaria de 959, sobre dos aspectos menos conocidos pero que también la definen, caracterizan y la convierten, si puede ser, en más maravillosa todavía. ¿Sabes cuáles son?
Dehesa y micología
La época de montanera coincide con el otoño y el campo empieza a vestirse de verde. Al perderte en la dehesa puedes ir descubriendo la gran riqueza micológica que esconde.
La dehesa de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche (Huelva) se caracteriza por la gran diversidad de setas que concentra en este periodo del año y también por la variedad herbácea que puedes encontrar. Ya sabemos la importancia de la hierba para complementar la dieta de los cochinos en la montanera.
Además de este factor natural, otro que define a estas dehesas son las lindes de las propias fincas, hechas de manera tradicional y heredadas como uno de los legados más preciados de este territorio.
Arquitectura y dehesa
Durante todos estos años la manera de fijar las delimitaciones de una finca ha sido a través de la creación de paredes hechas de piedra y barro. Se hacen piedra sobre piedra, las grandes se ponen abajo como base y luego se van tapando los huecos con piedras más pequeñas y con tierra, hasta construir la pared.
Arriba también irán piedras de gran tamaño para que el agua no se filtre por el interior de la pared y así perduren en el tiempo.
No me digáis que no es una manera preciosa de establecer las medianerías de una finca y de seguir manteniendo trabajos ancestrales y autóctonos del territorio.