Rutas de las sierras de Badajoz
Al sur de la provincia de Badajoz, tres comarcas, Sierra Suroeste, Tentudía y Campiña Sur, conforman un apetecible recorrido jamonero: la Ruta de las Sierras de Badajoz. Ni que decir tiene que ésta es la zona de Extremadura en la cultura del jamón ibérico y aprovechamiento del ecosistema de la dehesa están más arraigados. Es más, en estas comarcas se celebran, año tras año, dos de las ferias más importantes dedicadas al ibérico: las de Monasterio y Jerez de los Caballeros.
La ruta queda a este lado de Sierra Morena, donde los pueblos son una mezcla de estilo árabe-andaluz y castellano, en los que conviven hileras de casas encaladas con palacetes y castillos. El ejemplo más claro es Zafra, la primera localidad de nuestra ruta según bajamos por la A-66/ N-630 desde Mérida. La ciudad de las ferias por excelencia fue, y es, un enclave señorial y ganadero, y, aunque aquí́ no hay fábricas de jamón ibérico, sí que podemos encontrar gran número de tiendas donde comprar los mejores productos derivados del cerdo ibérico, además de los restaurantes más selectos. La islámica Safar (junio en árabe) debe su nombre a las importantes ferias que ya tenían lugar en época musulmana durante ese mes.
En Zafra hay que perderse por los rincones de la Plaza Chica, a dos pasos del Parador de Turismo. Se trata de la típica plaza de rasgos medievales, que aún guarda muchos detalles propios de la Edad, como es el Arquillo del Pan.
No lejos de allí, Llerena es una población nacida de la simbiosis da las culturas árabe, musulmana y castellana. A la hora de comer en la población, no hay que dejar pasar la oportunidad de sentarse en una de las mesas del Dona Mariana, en la Hospedería Mirador de Llerena. El local, además de tener una más que recomendable cocina, pertenece a la red de restaurantes de gastronomía autóctona de la provincia de Badajoz.
Antes (o después) de comer el paseo por las calles de la población llevarán hasta la Plaza Grande. Trazada en el siglo XVI, merece la pena sentarse en alguna de las terrazas que allí se montan los días de calor.
Rumbo sur, la carretera va enmarcada entre áureas y pajizas… aunque, poco después, el paisaje cambia y, allá hasta donde la vista alcanza, todo se convierte en dehesa. ¿Y qué es la dehesa? Pues ese paisaje, maridaje de encinas y alcornoques, que la mano del hombre ha creado para aprovecharlo en actividades como el ganado, la caza u otras actividades forestales o de cría del cerdo.
Así, entre dehesas, la ruta llega a Jerez de los Caballeros, una hermosa población que vivió su mayor esplendor en tiempos de los caballeros templarios. Fue justo después de que Alfonso IX, allá por el año 1230, les conquistara el enclave a los musulmanes. Hoy, en una ruta trazada por el ayuntamiento del lugar, el viajero puede recorrer los lugares relacionados con la Orden del Temple… ¡por mucho que la visita más demandada en la oficina de turismo sea aquella que permite conocer (por dentro) las fábricas de embutidos! Si se tiene la oportunidad, conviene dejarse caer por aquí́ durante el mes de mayo, con ocasión del Salón del Jamón Ibérico, apoteosis de este producto gourmet. Durante el evento se organizan jornadas gastronómicas, degustaciones o concursos para calificar el mejor jamón mediante catas a ciegas.
El viaje prosigue, entre dehesas, hacia Fregenal de la Sierra, donde están los mataderos más grandes de la zona, y el Monasterio de Tentudia, donde la encina deja paso al pinar salpicado de robles y alcornoques. Por una carretera estrecha, la ruta continúa Monesterio. Esta localidad, que cuenta también con un importante grupo de empresas chacineras, celebra en agosto el Día del Jamón de Monesterio, que atrae a numerosos profesionales, ganaderos y curiosos que se acercan a disfrutar del concurso de cortadores de jamón. Después, bocadillos para todos. Por el pueblo pasa bastante gente, pues es la puerta sur de la Vida de la Plata en Extremadura. Era el lugar donde se cobraba el portazgo a los viajeros, como se puede aprender en el centro de interpretación dedicado a este ramal del actual Camino de Santiago, que fue la columna vertebral del oeste de la Iberia romana. Cerca, no se debe dejar de visitar Azuaga, con su iglesia de la Consolación que parece una catedral.
Otras Rutas: Ruta del jamón ibérico, Los Pedroches.