Traducido del inglés, este movimiento viene a querer decir comida cruda, pero, en verdad, es mucho más que eso. En realidad, lo que se ha venido en denominar como crudiveganismo es un estilo de vida que, día a día, va sumando más y más adeptos. Pero, como ya queda dicho, va más allá que alimentarse de comida cruda y vegetal. Se trata de universo culinario lleno de ingredientes, recetas y propuestas culinarias innovadoras.
Una vez en la cocina, para preparar estos ingredientes, está permitido el uso de aceites y mantecas. Además, se pueden utilizar técnicas y procesos naturales de preparación que no supongan la cocción del alimento… esto es, germinación, fermentación y deshidratación. Y es que estos modos de cocinar protegen la estructura molecular de los alimentos, a la vez que conservan y activan los nutrientes de cada uno.
Pero el crudiveganismo implica algo más que un modo de alimentarse. Es un estilo de vida que, según sus seguidores, resulta beneficioso para la salud, fomenta el cuidado de la naturaleza y promueve la educación espiritual. En lo referente a la salud, una dieta crudivora ayuda a hacer mejor la digestión, mejora el sistema inmunológico, aumenta el aporte nutricional, ayuda a las dietas de adelgazamiento y reduce la acidez.
¿Y qué incidencia ha tenido este movimiento culinario en la gastronomía? Pues lo cierto es que ya son varios los chefs que han introducido el movimiento Raw Food en sus cocinas. Un ejemplo es el del cocinero Javier Medvedovsky quien, desde su propuesta Espiritual Chef ofrece una cocina artística y contemporánea basada en alimentos vaganos y crudos.
Otra propuesta Raw Food igualmente interesante es la de David O´Reilly quien, a través de su página web presenta una crudivora (y cuativadora) propuesta de bocadillos, tartas y batidos. Todo muy divertido y saludable.
Blog de Lopez Ortega: #JamonLovers