Una tendencia que se impone: comer en los mercados
En muchas películas americanas hemos visto a los actores comprar comida en puestos callejeros. Quien haya viajado a Estado Unidos, habrá podido comprobar que es ésta una imagen muy real. En España la venta de comida en la calle está muy regulada… por lo que descubrir imágenes parecidas resulta algo complicado, más allá de algún puesto de bebidas, alguna churrería ambulante… y poco más. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, en las ciudades se ha desarrollado una moda que muy bien podría ser una suerte de equivalente: los puestos de los mercados que sirven comida. Se trata de lugares donde poder tomar unas tapitas, o comer al mediodía, rodeados de puestos de materia prima mientras disfrutamos de un plato elaborado.
Herederos, en cierta forma, de los puestos de comida que se instalaban en plazas al aire libre, ahora el concepto ha cambiado, con un cuidado diseño, un planteamiento mucho más moderno centrado en una decoración e iluminación generalmente vanguardista. Estos lugares han pasado de ser un núcleo de comercio a modernos espacios gastronómicos. De hecho, una de las pocas características que comparte con los antiguos bazares es que, a día de hoy, se han transformado en un foco de concurrencia de ciudadanos e, incluso, en un reclamo turístico más. Entre las ciudades españolas, hay dos en las que este fenómeno está calando especialmente: Madrid y Barcelona.
Empecemos el paseo por Madrid… Madrid es una de las ciudades que más se ha adaptado a esta tendencia creando todo un centro de peregrinación. Tanto para los nacionales como para los extranjeros, los siguientes mercados son casi visita obligada si hablamos de turismo gastronómico.
El Mercado de San Miguel, que hace poco celebró su centenario, fue el pionero en ofrecer esta original forma de disfrutar la gastronomía. Después de una renovación, que lo salvó de la quiebra, hoy mantiene su tradicional estructura con una renovada forma de comercio. Situado en uno de los centros neurálgicos de la capital, la Plaza de San Miguel, pone a disposición del comensal más de treinta puestos donde la calidad y excelencia de la materia prima son los referentes. Además, la diversidad que ofrece (vinos, carnes, embutidos, pescados, frutas, pastelería) aporta un elemento extra a su atractivo. Estas son las diversas actividades que ofrecen atraen cada día a cientos de ciudadanos y turistas y que van desde hacer la compra diaria, a disfrutar de la clásica cultura de tapas y vinos en un lugar que ofrece infinitas posibilidades.
No excesivamente lejos el Mercado de San Antón, emplazado en pleno barrio de Chueca, en la calle Figueroa. Su propuesta comercial y de ocio está basada en la idea de conjugar la compra y la consumición de productos frescos en la mismísima lonja. Conserva su estructura original, que divide al edificio en tres plantas. La primera, coincide con el carácter tradicional de un mercado de toda la vida y se dedica a la venta de productos frescos y clásicos: fruta, embutidos, pescado, carne…. La segunda, sin embargo, se centra en el aspecto más moderno e informal, y se compone por una taberna y diversos puestos de show cooking y take away. Pero sin duda, el lugar más llamativo y original es la tercera planta, donde el atractivo radica en la terraza restaurante que da la posibilidad al cliente de salirse de la carta, y cocinar los alimentos adquiridos previamente en la primera planta.
¿Vamos al tercer espacio? Se trata del Mercado de Isabela, abierto hace poco más de un año y situado en una de las áreas más cosmopolitas de Madrid: entre el Paseo de la Habana y el Paseo de la Castellana. Con más de 35 puestos para tapear y disfrutar de la gastronomía, este espacio se ha convertido en el mercado más grande de España en su género y surgió con la intención de rendir homenaje a los paladares gourmet que, realmente, han encontrado un ocio en la cocina. Y así ha sido. Dividido en cuatro plantas, alberga una de las mayores selecciones de delicatesen de todo tipo. Además, el edificio cuenta con varias terrazas que buscan satisfacer la vista a la vez que se sacia el gusto.
La Boquería, ineludible
En Barcelona debería ser paso obligado, para todo visitante, llegarse hasta el Mercado de la Boquería. Situado en pleno paseo de Las Ramblas, quizás sea éste el mercado más famoso de toda España. Zoco maravilloso y colorista, no hay que dejar de pasar por el Bar Kiosko Pinocho. Regentado por Juanito Bayeu y sus hijos –y con tan sólo diez taburetes- es un lugar muy respetado por los grandes cocineros, por lo que no es de extrañar ver a algún chef mediático tomando unos garbanzos, unas butifarras, unos chipirones o una escalibada. Un rinconcillo de mercado muy apetecible.
¿Y ya que estamos viajeros, por qué no pasarse La Bretxa, de San Sebastián; el Mercado Central de Valencia, o el de San Agustín de A Coruña? En estos lugares también se puede comer… y vivir experiencias gastronómicas únicas haciéndolo.
Blog de Lopez Ortega: #JamonLovers
me gusta comer en los mercados ya que te encuentras on las tradiciones del pueblo o ciudad
José gracias por tu comentario. Totalmente de acuerdo, a nosotros nos encanta, es otra forma de disfrutar de la gastronomía y su cultura. Un saludo y feliz tarde!