El Botillo

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Si el lector quiere buscar en un mapa la tierra del Botillo –o sea, El Bierzo leonés- deberá mirar en la zona que queda a medio camino entre La Meseta, Galicia y Asturias. En esta región, tradicional y singular como pocas, la cocina gira en torno al cerdo… siendo el botillo algo así como la culminación de toda su gastronomía. Despiece del propio puerco, condimentado y embutido en su propia tripa, la verdad es que del origen del botillo se sabe bien poco. Las pocas fuentes documentales fiables que nos han llegado vinculan el preparado con los monjes que habitaron hace siglos algunos de los cenobios de la zona, como los de San Andrés de Espinareda o Santa María de Carracedo. Un producto de raíces medievales muy unido a esta tierra, la Tebaida Berciana, e ideal para acompañar con los caldos de la Denominación de Origen Bierzo.

Todo lo anteriormente dicho debió de suceder en los alrededores de la población de Bembibre –si no en el mismo Bembibre-. Para conmemorar este hecho –y llegado cada mes de febrero- la población organiza la Fiesta del Botillo, un encuentro anual dedicado al mencionado embutido berciano  y que está considerada fiesta de interés turístico nacional. La fiesta tiene hasta su propio invitado de honor, el mantenedor, figura originaria de 1973, cuando durante el primer festival se pidió a un abogado de la villa que dirigiese unas palabras a los comensales. Además, durante la primera quincena de marzo (y bajo el auspicio del Consejo Regulador de la I.G.P. Botillo del Bierzo), Ponferrada acoge las Jornadas de Pinchos del Botillo.

Al alimento se le llama, en ciertas zonas del Bierzo, con el nombre de Pastor… denominación que viene asociada a una peculiar historia. Y es que, habla la historia de un personaje muy conocido en la zona (el relojero Losada) que, en su juventud, fue pastor en La Cabrera. Un día, tras volver con las ovejas al acostarse, oyó como decían sus amos que, al día siguiente se iban a comer al pastor. Creyendo que se referían a él, en vez de al botillo (ya que no conocía esa denominación de «Pastor»), escapó. Sin embargo, y pese a esta curiosa historia, el único nombre reconocido por la Denominación Geográfica Protegida es el de botillo, que deriva del término latín botellus o botulus.

¿Y qué es propiamente un botillo? Pues podría definirse como un producto cárnico elaborado con diferentes piezas procedentes del despiece del cerdo (costilla, rabo y huesos poco descarnados), troceadas, adobadas con sal, pimentón y ajo y otras especias naturales, embutido en el ciego del cerdo, ahumado y semicurado. También podemos añadir lengua, paleta, carrillera y espinazo, siempre que no sobrepase el 20% del total de los ingredientes. Se consume normalmente cocido, envuelto en una malla de tela, o sin nada, pero con mucho cuidado, evitando que se rompa y le entre agua. ¿Verdad que apetece probarlo en un día de frío invierno?

 

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