Cerdo Ibérico: de la extinción a la exclusión

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Hace unos días leí un texto de Elena Diéguez Garbayo (Secretaria Técnica de Aeceriber) que me hizo reflexionar mucho sobre la realidad actual que vivimos en el mundo del ibérico. ¿Qué estamos haciendo con nuestro cerdo 100% ibérico? ¿Prima el volumen de venta sobre la calidad del producto? ¿No somos capaces de mantener una raza autóctona y única y aportarle el valor que tiene y merece? ¿Ganarán la batalla las grandes empresas y el poder económico sobre la autenticidad y la excelencia?…

Cerdo Ibérico, de la extinción a la exclusión: Elena Diéguez Garbayo

Tal vez no parezca un título muy apropiado para la sección de opinión de una asociación tan carismática como AGACUJ. Sin embargo, cuando he convivido con sus integrantes y he conocido de primera mano su actitud y valores, he considerado que el foro es más que apropiado para transmitir mi preocupación personal y profesional por el cerdo ibérico y su futuro cercano.

Y es que en los últimos cuatro años este sector, antes tradicional y artesanal, ha cambiado sustancialmente y no para bien precisamente. Quiero matizar para aquellos lectores que no conozcan mi trayectoria, que AECERIBER, para quien yo trabajo, engloba a más de 1.500 ganaderos con más de 5.000 explotaciones en toda España.

Una parte importante de estos ganaderos además de tener reproductores se dedican al engorde de los animales en distintos sistemas productivos: Intensivo con piensos y Extensivo en las dehesas.

AECERIBER podría sumarse a la nueva iniciativa de peticiones desbocadas de una relajación de ciertos factores de calidad en las producciones ganaderas como es el peso y la edad al sacrificio de los animales, pero fuera de demagogias evidentes, consideramos que el sector del ibérico tiene un prestigio de alto reconocimiento por tratarse de una raza singular, que no cruzada, y producida en un medio, la dehesa.

La idea y búsqueda reciente de economizar las producciones ganaderas acortando su edad y peso para obtener un producto –jamón- de bajo peso de venta en grandes superficies es un paso decisivo que provocará indudablemente una pérdida de prestigio ante el consumidor y que lamentablemente arrastrará a los auténticos ibéricos en una caída sin límite.

Aunque estamos solos prácticamente en esta oposición, afortunadamente el Ministerio de Agricultura, hoy por hoy, no es partidario de atender las peticiones recibidas y no está dispuesto a amoldar la Norma de Calidad a este nuevo sector que cada vez se aleja más del standard de calidad que siempre ha caracterizado al cerdo ibérico y sus productos.

Y todo esto de momento ha desembocado en un intento de exclusión y marginación de aquellos que nos aferramos a la calidad sin dejarnos arrollar por las grandes producciones de cebo con pienso sobre animales siempre cruzados. Ello no nos va a intimidar lo más mínimo sino más bien todo lo contrario.

Las producciones extensivas en montanera son un bien escaso de irrefutable excepcionalidad y tal vez lo que haya que hacer finalmente es separar este animal de la contaminación mercantil que pretende aprovecharse de su fama para multiplicar los beneficios de una producción sin ningún tipo de arraigo tradicional y regional; pero, eso sí, nos llevamos el nombre “IBÉRICO” para mantenerlo donde le corresponde realmente.

Espero que este post os haya gustado, no sabéis la suerte que tenemos de poder contar con la visión de Elena Diéguez Garbayo, gracias Elena y gracias AGACUJ por fomentar este tipo de intercambio de opiniones entre l@s profesionales del sector.

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