Sidra de Asturias, descúbrela
Sidra de Asturias
Asturias y la sidra han estado relacionadas desde muy antiguo. Para hacernos una idea, baste decir que un documento del año 780, encontrado por investigadores en el Monasterio de Santa María de Obana, en Tineo, ya citaba a la bebida. Además, el Fuero de Avilés deja bien a las claras que la sidra ya estaba plenamente arraigada en el Principado allá por el siglo XII. Hoy se sabe que la bebida tiene, además de antigüedad y tradición, propiedades terapéuticas para prevenir enfermedades cardiovasculares o tumores. Teniendo en cuenta que cada botella de un litro de sidra contiene 30 gramos de alcohol, el consumo de una botella diaria actuaría sobre el sistema cardiovascular, elevaría el llamado colesterol bueno y ayudaría a prevenir la ateroesclerosis y las enfermedades coronarias. Además, el contenido en taninos de la sidra tiene propiedades antioxidantes que proporcionan al alcohol un valor añadido.
Y es que estos polifenoles (taninos) actúan evitando la oxidación del colesterol malo o, lo que es igual, de las lipoproteínas de baja intensidad, que son más tóxicas cuando se oxidan. Eso sin contar con que estos antioxidantes –y otros, como el antociano- actúan como reguladores del ácido úrico y favorecedores del papel diurético.
En otro orden de cosas, la sidra contiene todos los minerales y principios activos que la manzana le confiere…ya de por si excepcionales. Por un lado, tiene un alto contenido de fósforo, potasio, hierro y magnesio. Por el otro, tiene ocho vitaminas beneficiosas para la salud: (A, B1, B2, B3, B5, B6, B9 y C).
Además de estos componentes, la manzana también posee polifenoles como la quercetina, que sirve para combatir las alergias, los riesgos de infarto de corazón o cerebral y la prevención de varios tipos de cáncer. Lo cierto es que la lista de beneficios que el consumo de manzanas y sidra puede generar en el largo plazo para su salud es extensa. O sea, que la sidra (consumida con moderación) es salud en cada sorbo.
Pero volviendo al origen histórico de la sidra –y por más que les pese a los asturianos- ésta no tiene su origen en Asturias… ni siquiera es el único lugar en el que se elabora. Para empezar, y aunque esto no se sepa con absoluta certeza, muchos historiadores piensan que el primer sorbo de sidra se bebió en Egipto y/o Bizancio… en una época anterior a Cristo.
Luego, siglos después, serían los celtas quienes se encargarían de la difusión de la bebida por Europa… antes, en todo caso, de que los árabes extendieran los distintos tipos de manzana y las técnicas para su producción a lo largo y ancho del Viejo Continente. Dicho queda que, en el caso de Asturias, la sidra ya era bebida muy arraigada y consumida en el siglo XII… como ya lo era en otros países de la costa atlántica europea. Y es que aunque, bajo distintos sabores y formas de elaboración, estas otras sidras no dejan de ser una bebida basada en la fermentación natural de la manzana.
Así, ha sido siempre la sidra un producto de gran tradición en Francia, Inglaterra, Bélgica, Irlanda y Alemania. Los historiadores señalan, sobre la expansión de la sidra por el Viejo Continente, que la primera referencia que tenemos de la sidra en Europa se remonta a la época de Carlomagno, a principios del siglo IX.
Con el paso de los siglos, y el descubrimiento de América, la sidra daría un vigoroso salto para aterrizar en la otra orilla del Atlántico… especialmente en los EE UU. Allí el consumo de esta bebida acabaría por popularizarse tanto que se sabe que los tres primeros presidentes de Estados Unidos -George Washington, John Adams y Thomas Jefferson,- fueron consumidores acérrimos de sidra. Además, y ya en el siglo XX y durante la Ley Seca, se hicieron importantes campañas para conseguir que la bebida fuera excluida de la ley.
¿Y cuales son los diferentes tipos de sidra que se producen en Asturias? Pues según la Denominación de Origen Protegida (DOP) estas son Sidra Natural Tradicional (necesita escanciado y no está filtrada); Sidra Natural Nueva Expresión (no necesita escanciado, está filtrada y estabilizada); y, por último, Sidra Espumosa, cuya característica principal es que su carbónico proviene de la propia fermentación y su sabor es seco.
¿Te apetece un culín?
Aquí dejamos algunas características de cada una de ellas:
Sidra Natural Tradicional:
Características: bebida fermentada de manzana proveniente de las 22 variedades de DOP.
Organolépticamente: Aspecto amarillo pajizo intenso de relativa transparencia, correcto espalme y aguante. Aroma: franco al fruto de su procedencia y limpio. Sabor: intenso y refrescante, soporte ácido y con irrelevantes tonos amargos, cierta astringencia y un levísimo tono dulce.
Sidra Natural Nueva Expresión:
Características: bebida fermentada de manzana procedente principalmente de 12 de las variedades de DOP. Filtrada antes de su embotellado.
Organolépticamente: Aspecto amarillo alimonado con tonos verdes y dorados. Presencia de micro burbujas, limpia y brillante. Aromas: notas frutales, vegetales y florales. Sabor: Fresco y ligero, sabor ácido y amargo con presencia de carbónico.
Sidra Espumosa:
Características: Gas endógeno que proviene de la fermentación. Dentro de esta, existen dos métodos de elaboración: fermentación en botella (método tradicional) y fermentación en depósito (método granvas).
La sidra espumosa de fermentación en botella tiene mayores costes de elaboración. Es una sidra artesanal, requiere una dedicación mayor que cualquier otra, ya que cada botella se puede considerar un depósito individual, el conjunto de botellas de la misma cosecha y con el mismo tratamiento, se denomina partida de botellas. También está admitido el método de fermentación en depósito.
Organolépticamente: Es una sidra seca, tipo brut. Color: pálido amarillento con destellos dorados, burbuja fina y constante de lenta evolución que forma marcada corona. Aroma: aromas de carácter frutal en armonía con notas tostadas que sugieren madera. Sabor: producto seco, ligera acidez, y bajo en alcohol, con frescor que perdura.
Más Información: Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Sidra de Asturias