Ritos para acabar el viejo año…y comenzar el nuevo

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En España la tradición de cada Nochevieja señala que, para saludar la llegada del nuevo año, hay que consumir 12 uvas acompañadas de sus correspondientes campanadas… una tradición que arranca en el año 1909, cuando un excedente de uvas en la cosecha de ese año hizo que la gente las aprovechara para inaugurar una tradición… mantenida hasta el día de hoy. Incluso existen algunos documentos que hablan de que, ya en el siglo XIX, algunas familias burguesas habían instalado la costumbre de tomar este producto para dar la bienvenida a 365 nuevos días.

Que sean las uvas 12 no es cuestión elegida al azar. En realidad, ese número coincide con una doble circunstancia que se da en ese momento. En primer lugar, doce son los meses del año. Además, las doce es una hora que coincide con el final del año y el principio del siguiente, por lo que ese número está cargado de un fuerte simbolismo al que los más supersticiosos le auguran todo lo bueno. El problema llega cuando las campanadas van más rápido de lo que nuestras mandíbulas pueden aguantar… ¡Cuidado con atragantarse!.

Claro, que no son los españoles los únicos que han desarrollado un rito para celebrar que un año nuevo va a empezar. Por ejemplo, en los Estados Unidos se da una de las tradiciones más románticas: un beso de medianoche. Nadie sabe a ciencia cierta cuando los norteamericanos decidieron aprovechar la circunstancia de la medianoche del final de año para regalarse un beso masivo. Lo que no podía faltar –tratándose de Estados Unidos- son múltiples estudios sobre el particular. Uno de los más curiosos es el que llevo a cabo el diario Washington Times. En su análisis se afirmaba que dos tercios de la población de Estados Unidos esperaban compartir el beso de Año Nuevo con alguien, y únicamente un 10% de ellos no tenía expectativas de poder cumplir con la tradición.

¿Y qué decir de los italianos? Pues que nunca se privan de un plato de lentejas en la mesa de Nochevieja como símbolo de riqueza y dinero. La relación es clara: cuantas más lentejas se coman, más dinero se atraerá. Según parece, este rito habría nacido en tiempos de la antigua Roma, donde se consumía esta legumbre con el deseo de que se convirtieran en monedas. Poco a poco, esta tradición está encontrando seguidores en España.

Luego están los daneses, a quienes les da por romper los platos de la vajilla de Nochevieja. Antiguamente (y todavía muchos lo hacen) la tradición mandaba estampar la vajilla contra la puerta del ser querido, lo que venía a ser una suerte de muestra de cariño. Entre los habitantes de Dinamarca también es costumbre saltar desde lo alto de una silla a las doce en punto.

Luego está el vestir ropa interior roja para atraer el amor. Da lo mismo el material con el que esté hecha la lencería –encaje, piedrería, liso…-. La mitología dice que portando este color bajo la ropa no faltará el amor ni la pasión durante el nuevo año que comienza.

¿Otras tradiciones con las que pueblos y naciones, de aquí y allá saludan el Nuevo Año? Pues los filipinos visten ropas con lunares, al asociar los topos con monedas, debido a su forma circular. Y los británicos, pueblo puntual donde los haya, celebran el comienzo del año con el llamado First Footing. Esta costumbre consiste en ser el primero en visitar a familiares o amigos después de que hayan dado las campanadas de las doce de la noche. La persona que llegue antes a la casa de la celebración será la portadora de la buena suerte durante el resto del año. Debe ir acompañado de algún tipo de regalo –la tradición popular destacaba entre ellos dinero, pan o carbón– para asegurar que la familia no tendrá carencia de estos productos.

 

 

Blog de Lopez Ortega: #JamonLovers

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