En primer lugar deberemos fijarnos en la tienda donde vayamos a comprar el jamón. Como ya hemos dicho algunas líneas más arriba hay muchísimas tiendas y plataformas en Internet que se dedican a la venta de jamones ibéricos, pero ¿Cuántas de ellas son fiables? Para empezar, quizás deberíamos tener en cuenta que le estamos comprando nuestro jamón a alguien que ya tiene un reconocimiento y/o una antigüedad en el mercado. Otro dato a tener en cuenta es que la tienda tenga sus datos de contacto a la vista y que sea rápido (y fácil) contactar con ellos. Y si es por teléfono, mucho mejor. Y es que un número de teléfono siempre nos dará cierta tranquilidad a la hora de realizar cualquier consulta sobre la compra.
Otro importante elemento de seguridad, podría ser que, a quien compramos, describa en su página quienes son. E incluso, que incluyan perfiles de las personas que forman el equipo. No olvidemos que detrás hay un equipo humano que se ocupará de preparar nuestro pedido.
Puede que, antes de comprar un jamón por Internet, nos surja la duda. ¿Cómo voy a comprar un jamón ibérico que no he probado? Bueno, cuando vamos a una charcutería o jamonería física, normalmente no nos dan a probar el jamón que nos vamos a llevar a casa… sino uno de la misma clase que tienen abierto. Esto significa que, quizás, el que nos llevamos a casa no esté tan bueno como el que hemos probado. O sea, que no necesitamos catar para comprar…tampoco en Internet. Por esta razón, hemos de buscar otro elemento que asegure (en la medida de lo posible) la seguridad de nuestra compra. Por ejemplo, elegir productos de bellota ya nos proporcionará una cierta garantía… que nunca será completa, pues, dentro de los productos de bellota, hay también considerables diferencias. En este caso, sin duda que lo mejor que podemos hacer es comprar marcas que ya conozcamos aunque esto no significa que todos los jamones vayan a salir buenos (pero para eso está la garantía). Los más conocidos son los jamones de Covap, Sánchez Romero 5J o los de Joselito entre otros.
Un consejo final: no dejarse llevar por unos precios excesivamente bajos. Y es que un buen jamón ibérico tiene un coste y si alguien está vendiendo por debajo de ese coste, algo falla… seguro.
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