Pues en pocas palabras, podría decirse que un foodie es un particular tipo de aficionado a la comida y a la bebida. Quizás la palabra más cercana que tenemos en castellano sea cocinillas. En todo caso, es un término inventado por los escritores Paul Levy, Ann Barr y Mat Sloan para su libro, The Official Foodie Handbook (El manual oficial para los foodies).
Una primera medida, para acercarnos a este grupo sería no confundirlos con los gourmets o sibaritas. Puede que a los foodies les enorgullezca la equiparación… pero es probable que no suceda lo mismo con los gourmets. Y es que, si estos son amantes, con gusto refinado, al buen comer, un foodie es simplemente alguien a quien le encanta la comida y todo lo relativo a ella. Los gourmets simplemente quieren comer la mejor comida, mientras que los foodies quieren aprender todo lo posible acerca de la comida, tanto lo mejor como lo común, y de la ciencia, industria y personajes que rodean a la comida.
Hecha esta distinción, toca decir que los foodies combinan los gustos por la comida y por el buen humor. Además, lejos del sibaritismo de los gourmets, siempre comen lo que se adapta a su presupuesto y circunstancias. Por lo tanto, ser foodie va más allá de estar incluido en una simple tribu urbana o en una nueva tendencia gastronómica. Esta figura hace de su propia pasión un estilo de vida cuyos ingredientes indispensables son experimentar y reinventar.
Todo buen foogie se lanzará de cabeza a todo lo que tenga que ver con la comida o con el vino. Lo mismo se les podrá encontrar en una bodega o en una degustación de vinos que hablando de la combinación entre comida y ciencia, asistiendo a la inauguración de un nuevo restaurante o pregonando a los cuatro vientos que ha descubierto la panadería en la que se hornea el mejor pan de la ciudad.
Curiosamente, los foodies nacen en Estados Unidos, como un grupo de gente que quiere buscar como alimentarse más allá de las cadenas de comida basura. Poco a poco, la aparición televisiva de chefs trotamundos como el venerado Anthony Bourdain o la periodista y crítica gastronómica Nigella Lawson en su programa Nigella Bites (Los bocaditos de Nigella) dieron a conocer insólitos lugares en los que comer la sopa de fideos más deliciosa de San Francisco o la reinvención de platos que se alejan así de la doble hamburguesa de queso. Hoy día, las economías desarrolladas o emergentes como China, Japón y Brasil han permitido la aparición de más y más gastrónomos de este tipo y gracias a internet el fenómeno se ha convertido en una tendencia creciente.