Torrijas de Semana Santa
Torrijas de Semana Santa
La primera vez que el vocablo torrijas aparece escrito (o, al menos, que haya llegado hasta nosotros) es un texto de Juan del Encina, un poeta español del siglo XVI. En el texto se dice textualmente: Miel y muchos huevos para hacer torrijas. Un siglo después, los recetarios Libro de Cozina de Domingo Hernández de Maceras (1607) y Arte de cozina, pastelería, vizcochería y conservería de Francisco Martínez Motiño (1611) recogen las primeras recetas que muestran cómo elaborar torrijas. Como curiosidad, decir que la torrija, era a comienzos de siglo XX, muy habitual en las tabernas de Madrid y se servía con vasos de vino (chatos). Hoy las torrijas de semana santa, han quedado relegadas a estas fechas del año.
Origen de la Torrija
Claro, que una cosa es encontrar la primera referencia escrita… y otra, muy distinta, encontrar el origen de la receta. Aunque hay quien dice que es andalusí –y no falta quien las señala como mudéjares-, la presencia de distintas variedades del dulce en lugares que fueron, en algún momento, parte del Imperio Romano hace concluir que las torrijas tienen un origen romano.
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Los ingredientes básicos para las torrijas de semana santa, son leche, pan, huevos y azúcar. A partir de estos, se pueden añadir otros aderezos que irán según el gusto del consumidor (entre ellos, los más habituales son miel, canela y vino).
La torrija en España y en América
Limitándonos, por hoy, al territorio de España, pronto descubrimos que se elaboran por todas partes y con diferentes recetas… tal y como descubría Emilia Pardo Bazán en uno de sus escritos. Aunque, en realidad, no sólo se hacen en España. La colonización española de América llevaría a que hoy la torrija esté presente en las cocinas de países como Argentina, Uruguay, Chile, Colombia, Ecuador, Perú, México o Venezuela. Allí, según los casos, reciben los nombres de Tostadas Francesas o Torrejas.
Hoy típicas en Cuaresma y Semana Santa, épocas en la que los católicos tienen prohibido comer carne, no resulta descabellado pensar que comenzaran a hacerse, en la antigüedad, para aprovechar el pan que sobraba en los tiempos antiguos y así contrarrestar un poco el hambre que pasaban las capas bajas de la sociedad.
Os dejamos una infografía sobre cómo hacer torrijas y la receta tal cual, esperamos que os sea útil.
Hay que cortar el pan en rebanadas, en un grosor no superior a 2 cm. Siempre que fuera posible, lo suyo es utilizar pan comprado un par de días antes. De este modo, las torrijas absorberán mucho mejor la leche.
Lo primero de todo será cocer la leche (medio litro, para una barra de pan de 250 g) añadiendo azúcar (125 g), una rama de canela, y una corteza de limón. Seguidamente, habrá que verter la leche sobre las rebanadas de pan, de manera que éstas queden suficientemente empapadas. Posteriormente, se rebozan las rebanadas en huevo batido y después se van friendo en aceite (preferentemente, de oliva) en una sartén muy caliente. Se van friendo las rebanadas hasta que se doran por ambos lados.
Llegados a este punto de la receta, ya tendremos preparado un jarabe caliente elaborado con: medio litro de agua, 125 g de azúcar, una cucharada de miel y una cucharada de vino blanco dulce (tipo moscatel).
Una vez todo mezclado en el recipiente, habrá que cocerlo. Este jarabe se prepara cociendo esos ingredientes previamente. A medida que se sacan de la sartén se pasan al recipiente con el jarabe y después se pasan a otra bandeja.
Si se quiere, se puede terminar espolvoreando azúcar glas y canela o miel por encima, y ya tenemos listas nuestras torrijas de semana santa.
¡Qué aproveche!