Ruta de Montánchez
Nada menos que diecinueve pueblos repartidos entre las comarcas cacereñas de Montánchez y Tamuja. Este es el territorio que recorre la Ruta de Montánchez, uno de los territorios más profunda tradición jamonera ibérica que existen en España. Lo demuestra el hecho de que de Montánchez procedían los jamones preferidos por el emperador Carlos V. Y es que se sabe que estos perniles estaban siempre sobre su mesa…estuviera donde estuviese comiendo.
Criados al aire libre de la dehesa, alimentados a base de bellotas, los cerdos de esta región disfrutan de un clima frío propio de la latitud y de una altitud que ronda los 900 metros sobre el nivel del mar.
Por diferentes escritos, sabemos que en las comarcas de Montánchez y Tamuja se han elaborado jamones ibéricos desde hace muchos siglos. En concreto, en los Fueros de Montánchez, que datan del año 1236, ya aparece documentada la existencia de dehesas dedicadas a la producción de bellotas. Como curiosidad apuntar que, a comienzos del siglo XX ,se decía, de los jamones que se elaboraban en Montánchez, que debían su especial sabor a la dieta de reptiles con la que se alimentaban los cerdos en sus últimos días previos a la matanza. Hay que decir que en la zona abundan las víboras… pero que, hoy en día, esta afirmación podría considerarse más un bulo o falsa leyenda que una confirmación.
¿Hacemos un recorrido por el territorio? Pues entonces habrá que saber que la ruta encontrará dos grandes zonas adehesadas en torno al curso de los ríos Salor y Tamuja. A partir de aquí, la excursión irá entrelazando pueblos cómo Salvatierra, Torremocha, Arroyomolinos, Santa Marta, Plasenzuela, Santa Ana y Zarza de Montánchez. En el término municipal de este último se alza (y preserva) la gigantesca Encina Terrona, declarada árbol singular de la Comunidad Autónoma de Extremadura. Además, está el propio pueblo de Montánchez, la población más importante de la zona. Al pie de su viejo castillo almohade (por algo llamado el Balcón de Extremadura), su tranquilo casco, de paredes blancas y techados de teja moruna, se hace fácil de pasear.
Cuando se llega a Montánchez, uno siempre terminará por dar con sus pasos –como sucede en casi todos los pueblos- en la Plaza Mayor. Allí, en el mismo edificio del ayuntamiento, está la oficina de turismo, donde se podrán obtener mapas del municipio y alrededores –si es lunes, y la oficina está cerrada, en el mismo ayuntamiento podrán facilitarnos esa misma información-.
Leyendo los folletos recién obtenidos, el viajero descubrirá dos caminos senderistas que empiezan cerca de la plaza de toros. Ambas rutas comparten la primera parte del recorrido que se hace entre viñedos, higueras y castaños. La ruta del castañar dura un par de kilómetros y la “de dónde nace el arroyo de los Molinos” ocho. Si no se va demasiado preparado para pasear por el campo –sobretodo, en lo que a calzado se refiere- lo mejor será optar por la primera, muy fácil, breve -se hace en unos 40 minutos- y con unas vistas muy agradables de Montánchez. Ah. No hay que dejar de visitar el cementerio del pueblo. Fue inaugurado en el año 1810, está al pie del castillo y muchos escritores lo han destacado por su originalidad.
Ruta Ibérica: Rutas de las sierras de Badajoz
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Nos encanta perdernos por Montánchez.
Esta ruta es ideal para días de disfrute del aire libre.
Enhorabuena por el post!
Muchas gracias!!! Un saludo y que os traigan muchas cosas los reyes!!!
¡Gracias por sus imágenes,bonitos recuerdos de mi bella Extremadura,saludos desde México, Extremadura en el corazón.
Muchas gracias José por tu comentario. Extremadura es fantástica y preciosa, di que si, nosotros también la llevamos en el corazón 😉 Un abrazo enorme desde España #JamónLovers!