Lolea, sangría premium

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Hasta ahora, la sangría comprada en comercios y grandes superficies era sinónimo de bric y mala calidad. Incluso había extranjeros que la incluían en su lista de cosas que “no debían probar” cuando venían de vacaciones a España.Ahorala sangría Lolea presenta una sugerente y refrescante variante de calidad. Hace ahora casi dos años, cuatro amigos se sentaron alrededor de una mesa y entorno a una jarra de sangría. Nieves Añaños, Cheles Alcalá, Javier Almalé y Bruno Balbás, se propusieron recuperar esos momentos que surgían cuando la gente se reunía para hablar y beber sangría. Así es como decidieron crear la Sangría Lolea.

Con dos presentaciones – una un tanto folclórica, vestida con los lunares propios de un traje de Sevillana; otra más hipster, en una botella transparente con el logotipo de la marca serigrafiado- el diseño del producto atrapa la mirada desde el mismo momento que se descubre en los estantes de la tienda o del supermercado. Pero no acaban ahí los atractivos estéticos del embotellado. Y es que los diseñadores, aprovechando la moda por lo retro, decidieron incluir un toque vintage: el clásico tapón de las botellas de gaseosa que conocieron varias generaciones nacidas en el siglo XX.

Lolea, de elaboración artesanal, se presenta en dos variantes: clarea y sangría. Hay que decir que, si la primera se prepara con vino blanco en lugar de tinto, la segunda es la sangría de toda la vida con zumo de naranja y limón natural. En este caso se ha recurrido a un vino de Cabernet Sauvignon y Merlot.

Para presentar las Loleas (blanca y/o tinta) en la mesa lo suyo es servirlas bien frías, no olvidando añadir una buena cantidad de hielo (al gusto del consumidor) y unas rodajas de naranja y limón recién cortadas. Si se quiere experimentar con otras variedades menos standard, se puede probar –y sorprender al personal- con los estilos Valencia (añadiendo un chorrito de Cointreau), Sevilla (con manzana y melocotón) o el llamado Lolita’s, consistente en servir la sangría blanca con vodka y fresas.

En el vaso, la sangría tinta ha de presentar una tonalidad oscura con destellos fucsias, mientras que la blanca semeja vino blanco… aunque igualmente apetecible.

Ambas presentaciones resultan ideales para picnic, playa o cena en la terraza… sin tener que tomarse la molestia de tener que preparar la sangría uno mismo.

 

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