Los diez restaurantes más raros del mundo
Zen Cool (Pekín, China)
Aquí encuentra el viajero un restaurante decorado como una cárcel real… tan real que no le falta ni un detalle. Por poner un ejemplo, hay una estructura de acero, a modo de prisión y que hace las veces de entrada al local. Una vez dentro, se pueden encontrar puertas y ventanas construidas con barrotes y cadenas. Y por si faltara algo, los camareros van vestidos de presos y la comida es servida en bandejas carcelarias de metal o plástico.
Dinner in the sky (Bruselas, Bélgica)
La idea es muy atractiva, ya que esta empresa belga te ofrece la posibilidad de degustar un suculento menú, junto a otros siete acompañantes, mientras permaneces suspendido a 50 metros sobre el cielo de una grúa. Sin embargo, este capricho no es apto para todos los bolsillos porque una cena desde las alturas cuesta alrededor de 8.000 euros.
Mastaurant (Nueva York, EEUU)
El que avisa no es traidor: este local no es apto para comensales aprensivos y sensibles. Dicho esto, bueno será saber que para sentarse en este restaurante hay que reservar con, al menos, dos meses de antelación. Otra peculiaridad es que, cuando uno llega al local, hay que firmar un contrato en el que aceptan una serie de reglas como no hacer fotografías ni vídeo en su interior, aceptar la desnudez, depilarse la zona genital y tener claro que «todo lo que pasa en el Mastaurant, se queda en el Mastaurant«. ¿Y qué es eso que pasa? Pues que que el restaurante está especializado en elaborar platos preparados –en todo o en parte- con fluidos obtenidos tras la masturbación humana. Entre sus creaciones estrella destaca la pasta al pomodoro con perlas de semen dulcificado, helado de frambuesa al sudor o sopa de trufas con esencia vaginal.
Otro de los restaurantes asiáticos más llamativos del momento. Se puede cenar en sillas de ruedas alrededor de una mesa de quirófano o beber un dulce brebaje en una bolsa de suero de hospital. La entrada al local se realiza a través de una zona que reproduce la sensación de las frías salas de espera de urgencias y las diferentes salas tienen nombres curiosos como Morfina o Ántrax. Cuenta también con una barra de bar en la que podrás tomar una copa en buena compañía, mientras te sientas en sus sillones con forma de pastilla.
Cabbages and condoms (Tailandia)
Exacto, la vista no nos ha engañado. El nombre comercial de esta cadena de restaurantes significa, exactamente, Coles y condones… lo que facilita adivinar la temática del local. En cuanto a la decoración del restaurante es (como no podía ser de otro modo) un tanto peculiar. Por ejemplo, hay preservativos por todas las paredes y las alfombras están fabricadas con látex reciclado. Además, una parte de sus beneficios obtenidos se destina a diversas asociaciones que trabajan en la investigación y ayuda a personas con SIDA.
Traducido En la Oscuridad. Este restaurante, con locales abiertos en Barcelona y París, es toda una revolución culinaria: se come completamente a oscuras. La idea es potenciar el lenguaje de los sentidos, excluyendo la vista y potenciando el sabor, olor y textura de los alimentos. Para que toda esta nueva experiencia sea mucho más placentera, los comensales deberán dejar su teléfono móvil y su reloj en la entrada del comedor, consiguiendo así que se olviden por unas horas de la referencia temporal.
Un dato curioso: todos los camareros que trabajan en el lugar son invidentes porque el establecimiento surgió con la idea de que las personas ciegas también pueden trabajar en el mundo de la restauración.
Situado a cinco metros bajo el nivel del mar, en pleno océano Índico, este exclusivo establecimiento pertenece a la cadena hotelera Hilton y es el primer restaurante submarino del mundo. Sus instalaciones ofrecen a los visitantes la posibilidad de disfrutar de una vista panorámica de 270 grados del fondo del océano mientras degusta un elaborado menú con el pescado como ingrediente principal.
El concepto es tan claro y como sencillo. Aquí comes sentado en un retrete, no en una silla. The Marton está amueblado con diseños varios de inodoros. Como complemento, la comida se sirve en una taza de wáter. Quizás no sea la mejor de las ideas elegir este lugar para una cena romántica.
Restaurante ataúd (Ucrania)
Se trata del restaurante integrado en el mayor ataúd del mundo y se encuentra en la ciudad de Truskavets, cerca de la frontera con Polonia. Este cuna de la gastronomía fúnebre ofrece un menú que incluye ensaladas cuarenta días —haciendo referencia a los días de duelo— y su plato más demandado: Vamos a cumplir en el paraíso, que según sus creadores es una receta que incita a la mala suerte. Si lo deseas, también puedes solicitar velas individuales en cada mesa, para contribuir a esta tétrica ambientación.
Ataque al corazón Grill (Arizona, EEUU)
Si eres vegetariano, vegano… o simplemente valoras demasiado tu vida, mejor no pasarse por aquí. Eso si, si no te va la comida light, y si meterte colesterol en vena, tienes que ir a este sitio y pedirte una de sus hamburguesas. Aquí el slogan es un sabor por el que vale la pena morir. Y es que este restaurante está hecho para el infarto, literalmente.
Las hamburguesas llamadas by-pass burgers son fritas, literalmente, en grasa de cerdo y suman hasta 8.000 calorías. Además, si pesas más de 150 kilos, comes gratis y si te pides un cuádruple by-pass (con cuatro hamburguesas) y te lo consigues terminar, las camareras te llevan hasta tu coche en silla de ruedas. Sin palabras.
Blog de Lopez Ortega: #JamonLovers