Dimes y diretes en la Denominación de Origen Teruel
Teruel es la más meridional de las tres provincias de Aragón… y la que, desde hace siglos, viene recogiendo una bien merecida fama por los productos derivados del cerdo que en ella se elaboran. Con una altitud de más de mil metros sobre el nivel del mar, en la mayor parte de su territorio, la provincia tiene un clima continental extremo –frío y seco- la mayor parte del año, además de una preeminencia de vientos del norte. O sea, que aquí se dan las condiciones ideales para elaborar jamón. No en vano, en 1984 se creó la Denominación de Origen Jamón de Teruel. Fue la primera creada en España para amparar la producción de jamones y hoy da trabajo a 2000 empleos directos, en granjas, mataderos y secaderos.
A lo largo de los años de vida de la Denominación se ha pasado de producir 1.800 jamones a más de 500.000, en el punto más álgido de producción. Tras este sustancial incremento, Eugenio García, actual presidente de la Denominación de Origen Protegida Jamón de Teruel, ve un posible fraude que podría llegar a 50.000 jamones… jamones que se vendieron como de denominación de origen… cuando en realidad, según datos del propio consejo regulador, no lo serían.
Los jamones que podrían ser considerados como intrusos lo serían por proceder de cerdos de fuera de la provincia de Teruel, por haber sido obtenidos de razas que no garantizarían los estándares o, en un tercer caso, por haber sido –incluso- jamones congelados… en espera de que el mercado ofreciera mejores precios. Estas prácticas se habrían venido realizando durante los últimos 4 ó 5 años.
En palabras de Eugenio García, a todas las irregularidades ya enumeradas habría que sumar otra más: se certifica utilizando un pliego de condiciones que no se encuentra en vigor. Y es que, según García, se habría certificado, incluso, con pliegos anulados por la justicia… como aquel que obligaba a los productores a consumir sólo piensos producidos en la propia provincia de Teruel.